Forma y orientación
Un edificio mal orientado y con una forma inadecuada puede necesitar más del doble de energía que uno similar bien diseñado y orientado.
La forma juega un papel esencial en las perdidas de calor de un edeficio . En lineas generales, se puede afirmar que las estructuras compactas y con formas redondeadas tienen menos pérdidas que las estructuras que tienen numerosos huecos, entrantes y salientes.
La orientación de los muros y ventanas de un edificio influyen decisivamente en las ganancias y perdidas de calor de un edificio. En zonas frias interesa que los cerramientos de mayor superficie, los acristalamientos y las estancias o habitaciones de mayor superficie estén orientadas al sur. Contrariamente, los acristalamientos y superficies orientadas hacia el norte deben ser lo más pequeños posible. En zonas muy calurosas, interesa que haya la menor superficie acristaladas en las orientaciones con más radiación solar (la orientación sur y la sureste).
Cerramientos exteriores y envolventes del edificio Actuando sobre la envolvente o piel del edificio, se pueden captar conservar y almacenar recursos energéticos del entorno inmediato. Además, el modo en que se coloquen los diversos huecos, y la distribución de las distintas habitaciones podrá facilitar la ventilación natural.
Las ventanas y cristaleras, los invernaderos los atrios y los patios, con una adecuda orientación, permiten que la radiación solar penetre directamente en el espacio a calentar en invierno, lo que producirá un ahorro en calefacción.
En verano la disposición de los elementos de sombreado, como los voladizos, los toldos y persianas, porches, etc., tambien podrán evitar ganancias de calor, reduciendo así la factura del aire acondicionado.
Un modo de evitar la ganancia de calor en verano es mediante sistemas evaporativos y de rociado de agua, basados en el hecho de que los liquidos necesitan un aporte de energía para cambiar de estado y evaporarse. Así, colocar una cortina o lámina de agua en una pared aumenta la sensación de confort en verano, ya que el calor es absorbido por el agua al evaporarse y de esta forma, la pared se mantiene a una temperatura menor, con el consiguiente efecto refrigerante en el interior de la vivienda.
Color
Actuando sobre aspetos como el color de los muros o los tejados podemos ahorrar energía. En Andalucía, por ejemplo, se pintan las casas de blanco para evitar una ganancia excesiva de calor; mientras que en la zona norte de España, los muros y tejados de las casas son de colores oscuros, que absorben más calor.
Paisajismo
Los árboles, setos, arbustos y enredaderas, ubicados en lugares adecuados, no solo aumentan la estética y la calidad ambiental, sino que además proporcionan sombra y protección ante el viento. Por otra parte, el agua que se evapora durante la actividad fotosintética enfría el aire y se puede lograr una pequeña bajada de temperatura, de entre 3 y 6 ºC, en las zonas arboladas
Iluminación natural
Puede ahorrarse energía en iluminación a través de diseños que consigan la máxima ganancia de luz, sin sobrecalentamiento indeseado.
La luz natural que entra en la vivienda depende no sólo de la iluminación exterior, sino tambien de los obstáculos, de la orientación de la fachada, del tamaño de los huecos y espesor de los muros, del tipo de acristalamiento, de los elementos de control solar existentes (persianas, toldos,....), etc.
Para conseguir optimizar la iluminación natural se precisa una distribución adecuada de las estancias en las distintas orientaciones del edificio, situando, por ejemplo, las habitaciones que se utilicen más durante el día en la fachada sur.